martes, 16 de diciembre de 2014

"Mi niño especial"

"El mundo de José". El mundo de José gira en torno a revisiones médicas, psicólogos, maestros de apoyo y tardes enteras jugando, es acompañado por sus padres a la escuela los cuales se encuentran muy pendiente de las actividades escolares de su hijo, llega, deja la mochila y sale a jugar, sus compañeros lo siguen y empieza la algarabía. Quien lo observe jugando, sonriendo y con mucho entusiasmo no podría imaginarse que esa mañana el niño recibió ayuda para poderse abrochar las agujetas de sus tenis. Así es una mañana normal de él. Lo caracteriza su sonrisa alegre, es de estatura media y complexión ancha, mirada llena de ilusiones y un carisma que a cualquiera contagia, entusiasta y muy platicador, su mente se traslada a lugares increíbles y dibuja todo lo que en ella ve, muestra una gran empatía con la asignatura de educación física y siempre es costumbre escucharlo gritar por los pasillos cada vez que sale a jugar al patio. Es un niño con una gran bondad, y es fácil observar este valor en él por la forma en la que el niño se expresa y la manera en la que convive con sus compañeros. Pelo negro, mochila “de carrito”, pocos libros en su pupitre y dibujos en su cuaderno, siempre bien peinado y con muchas ganas llega a la escuela. Siempre saluda con educación a su maestra y se sienta en un rincón del salón, donde observa toda la clase y participa a su manera. Entre las actividades que le agradan es el colorear o dibujar, correr y patear la pelota. José Antonio tiene deficiencia intelectual debido a un daño neurológico conocido como distrofia cortical el cual afecta en gran parte su aprendizaje y su lenguaje dificultándole el desarrollar actividades motrices finas que están relacionadas con el aprendizaje y de coordinación visomotora. En las últimas pruebas que se le aplicaron, el niño resulto tener una edad maduracional de 6 años y estamos describiendo a un niño de 10.

martes, 2 de diciembre de 2014

"Mi camino"


Destino, las cosas suceden por una razón, casualidad, coincidencias… estas palabras siempre forman parte de nuestras oraciones cuando expresamos algún suceso del cual no podemos explicar los porqués. El curso de las cosas acontece para señalarnos la fe, sólo necesitamos estar atentos, a entender tales señales, hay indicadores claves para cada uno de nosotros y si escuchamos con atención cada una de esas frases, confiando en nuestra voz interna, escucharemos la palabra justa, retomaremos el timón y seguiremos naufragando hasta encontrar eso qué tanto anhelamos, eso que tal vez ya este escrito o qué nosotros construiremos, eso que llamamos “destino”.
Después de una decepción y deserción de lo que era uno de mí más grande sueño me encontraba cursando el primer grado de la escuela normal, mis sentimientos absorbían mi visión y  mis ganas de empezar de nuevo. Mis planes, mis sueños, mis ilusiones y mis expectativas tomaron asiento en una sala de espera y sólo tenía que concentrarme en lo que ahora era mi nueva realidad.
Únicamente las personas que han pasado por algo similar han sentido la frustración que es encerrar tus sueños en una cajita la cual no sabes cuando la volverás abrir, es enterrar cada una de tus metas planteadas y limpiar las lágrimas para continuar.
Tuvieron que pasar algunos meses para que yo me fuera adentrado a lo que era y  será mi labor docente, fui conociendo todo ese proceso de enseñanza-aprendizaje, empezándome de algún modo a motivar. Las piezas claves para que eso pasara fueron las primeras experiencias de mis prácticas; asistir a primarias rurales donde éramos bien recibidos y queridos, cuando escuchaba sus “gracias” después de brindarles mi ayuda, sus cartas al final de la jornada, la convivencia diaria en el salón de clases, los pequeños detalles que recibía de ellos, sus sonrisas y travesuras, sus ocurrencias y mi preocupación por querer ser el docente que todos ellos quisieran tener, de las que quiero ser dueña de sus risas y alegría, los que serán el eje de mi mundo y de los cuales aprendí que vale la pena luchar para conseguir lo ideal para ellas, que la educación aun se es posible y que podemos destruir juntos todos esos estigmas y fantasmas que se tienen sobre la profesión docente, esas pequeñas personitas que llamamos “alumnos” fueron los que se robaron mi corazón.
Empecé a valorar la sencillez de la profesión, ahora sabía que todos esos pensamientos a cerca de ésta eran solo especulaciones, que ser docente implicaba tener ese espíritu humanitario, esa chispa en los ojos, tener amor en nuestras palabras y en nuestros actos, ahora sabía que para ser un buen maestro era necesario tener diversas características para lograr ser el cambio, para no ser uno más, para ser alguien significativo en la vida de un estudiante, era necesario, como dice José María Estebe, “ser maestro de humanidad”, con estás ideas de las cuales tomé de diversas lecturas, clases y películas motivacionales empecé a construir mi filosofía.
Comprendí que mis actos formaban mi destino y que este no era algo que se buscaba si no algo que logramos, ahora ya no veía mi pasado como cuestión de mala suerte si no como algo del cual debía de aprender, ahora miraba mis anteriores sueños del otro lado del panorama, ya no los veía lejanos, imposibles… intocables.
Creo que lo fundamental para formar nuestra vocación y motivación es plantearse metas, pensar en lo que se desea y tener la semillita para sembrar tal sueño,  un maestro me dijo un día que: “La vocación se puede desarrollar” y pasó justamente eso, no estaba en el lugar equivocado, solo estaba en el momento equivocado.
Me di cuenta que de alguna forma podría realizar mis sueños estando de este lado de la jugada, desarrollando mi vocación. Cuando logré entrelazar todos esos sueños comenzó mi autocritica, ¿Qué fue lo que había realizado hasta hoy? ¿Cuáles fueron mis dificultades y cuáles mis fortalezas? Al realizar tal ejercicio percate que si he realizado algunos de mis pequeños sueños estando en esta labor,  de igual forma mis debilidades han hecho que algunas veces flaquee y ahora trato de buscar la manera de fortalecerlas.

Todo vuelve a tomar su curso y su sentido, todo vuelve a comenzar, toda ilusión vuelve a renacer, ahora vuelvo a ser yo, ahora me doy cuenta que el camino hacia mi destino yo lo construiré a base de acciones, siempre siguiendo esa voz que te dicta el corazón, de donde vienen los secretos más guardados y las ilusiones más hermosas.